Bajo el paragüas de Volkswagen Driving Experience, la marca lanza una nueva campaña de seguridad vial de la mano de Luis Moya. En este caso, el objetivo es alertar a los conductores sobre el uso del móvil al volante.
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El puente de la Constitución es uno de los momentos del año en los que se concentra el mayor número de desplazamientos por carretera en nuestro país. Este año, la DGT estima que se producirán 6 millones de desplazamientos entre el miércoles 5 y el domingo 9 de diciembre.
Por ello, durante la operación especial de tráfico, además de recomendar a los conductores que adapten la conducción a las condiciones climatológicas propias de esta época del año, es importante hacer hincapié en el peligro que suponen las distracciones al volante. De esta forma, Volkswagen confirma su apuesta por la formación y la concienciación como mejores herramientas para reducir las cifras de siniestralidad de nuestras carreteras.
Diversos estudios concluyen que las distracciones están detrás del 24% de los accidentes de tráfico que se producen en España y que causan el 35% de las víctimas. De dichas distracciones, el uso del teléfono móvil es la más peligrosa, ya que multiplica por 23 las posibilidades de sufrir un accidente, ya que combina tres tipos de distracciones: visual, cognitiva y manual.
Ante la gravedad de las cifras, la escuela de conducción de Volkswagen de la mano del embajador de la marca, Luis Moya, lleva tiempo colaborando en la concienciación de los conductores a través de la formación. Por ello, en el programa de conducción de la marca, por el que han pasado más de 20.000 conductores durante los últimos 15 años, la marca pone el foco en la seguridad a través, tanto de ejercicios prácticos como de formación teórica, en la que se advierte a los participantes sobre el peligro que supone el uso del móvil al volante.
Especial hincapié se hace en la Escuela R Junior, dirigida a los jóvenes conductores noveles con menos de dos años de carné. En este caso, la escuela incluye un capítulo dedicado a la concienciación, en el que se alerta a los jóvenes del peligro que suponen determinadas conductas al volante. Para que puedan experimentarlo, se realizan simulaciones en pista para que puedan comprobar por sí mismos el riesgo y la pérdida de atención que supone utilizar el teléfono al volante o conducir bajo los efectos del alcohol.